miércoles, 27 de noviembre de 2019

Resurgen los pasados, aquellos que siempre habían estado aquí presentes y creíamos muertos y enterrados… (Agosto 2018)



La fotografía debiera tener el objetivo de “guardar en la memoria” aquellos instantes de celebración, paisajes, retratos de la familia y amigos, momentos que queremos inmortalizar, inolvidables e idílicos. Más también capturar el tiempo y fotocopiar su paso, a veces devastador…todos nos iremos, pero las imágenes pernoctarán, como antaño se tenía la pobre costumbre, en una vieja caja de zapatos de cartón gris.

A veces (siempre a veces, nunca siempre) vemos belleza, tristemente, en los ancianos y sus rostros arrugados como lodo seco en el lago de las infancias. En mendigos, borrachos y yonkis que duermen en las calles o los que decidieron cruzar el infinito (vagamundos) para conocer las innúmeras culturas de esta tierra.
En los Beatniks de los 40 y 50 en aversión contra el “American Way of Live” o los hippies de los 60 en rebelión por la guerra de Vietnam y el sistema materialista, capitalista…Claro, también se cubrieron las guerras mundiales, el apartheid, desastres naturales, los ambientes de Jazz y Rock…Si no fuera por los reporteros, seguiríamos engañados, sin noticias, como cualquier país gobernado por dictadores…

Paralizando las piedras del camino con varios clicks, una mujer negra fuma un enorme puro habano. Una pareja baila un swing americano, frente a un Mercedes benz 170 v del año 1937…Observo, sin mover un dedo, sin pestañear, junto a las autoridades alemanas, los linchamientos de “La noche de los cristales rotos• allá en noviembre de 1938…Demasiadas guerras y ninguna paz.








viernes, 22 de noviembre de 2019

Fotografía callejera…y literaria… (Octubre 2019)


La fotografía que llamamos “de calle”, es algo mucho más profundo que darle a un botoncito metálico y escuchar un “click” hermético…

La fotografía callejera, imprime unos límites y agita conciencias. Es importante conocer y saber tratar a las personas, que de repente se sienten invadidas en su libre andadura por las calles de la ciudad.
La psicología, la filosofía y la empatía, nos ayudarán a tratar posibles discrepancias o malos entendidos, ya que previa o posteriormente deberemos pedir permiso a la gente que enfocamos. Esto actualmente con la cámara digital, se puede hacer ya que nos facilita el borrado si el “cliente” nos lo exige…y el cliente siempre tiene razón.
A veces podemos hacer tomas de espaldas o fotografiar multitudes en manifestaciones o celebraciones públicas que quizá no hará falta pedir autorización…Habrá que ir conociendo los momentos. Asimismo subsiste un asomo de “noble picaresca” en ello... La cámara, la gente y tú seréis cómplices en cada una de las instantáneas creadas.
Es todo un mundo visual y sensorial, caminar buscando presas que perpetuar, disparando a diestro y siniestro…Luego hay que conversar, exponer lo que concibes, si lo vas a publicar y ellos deben quedarse satisfechos con tus mensajes…
Retratar la calle, representa sociabilizar con el hábitat, formar una pieza del decorado y como todo acto en esta vida, acaecerán intervalos de ilusión, simpatía y sensatez y luego soplos desagradables que has de tantear y paliar con el dialogo…
A veces me he encontrado con ciertas personas que ellos mismos, me han pedido que les hiciera unas fotos y se las he enviado por Facebook, otras se han podido enojar y tras las explicaciones hemos acabado hablando un buen rato y dándonos las manos. Otras me han pedido que las borrase y aunque duele hay que hacerlo…
La fotografía nos plagia un estremecimiento indagador de, invocación al repaso, de lo que nombramos “vida”, la nuestra y la de nuestro alrededor, así vivimos el pasado en imágenes quietas, pero reveladoras de un tiempo y su sustancial entorno…
…encuentras material fotográfico en cualquier rostro, en cualquier calle o paisaje de esta tierra hiriente y convulsa…miradas, gestos y acciones sociales…todo continúa aquí, el tiempo es simplemente eso: una cámara oscura donde atrapar y enquistar el momento esencial, visto desde el alma y el sentir del objetivo…