"NOS ENGAÑARON: JAMAS SE DERRUMBARON LOS MUROS QUE DIVIDEN LAS CLASES
SOCIALES, LAS RAZAS Y CASTAS DE ESTA TIERRA QUE NO PERTENECE A
NADIE...Y SIN EMBARGO SOLO LA "VIVEN" UNOS POCOS"
"Desde luego mi
pincel solo puede pintar los suburbios almáticos. Ellos, los
refugiados sin techo, sin hogar, están tan faltos de afecto y a menudo
de cordura…sienten el frío gélido de sus tragedias, el vacío
“aislamiento incomunicado” de la sinrazón y el desprecio de los demás
orates…Sigamos alrededor del fuego en esta fría noche."
Fotografías y texto de Kim Bertran
Canut.
miércoles, 25 de mayo de 2016
jueves, 12 de mayo de 2016
PULGAS Y GARRAPATAS
Veo las miserias internas a mi paso por las calles,
grises como un alma descalza y profundamente
hundida en el asfalto derretido por sombras de
soledades y pobreza, desenterradas por la me-
moria.
Han sembrado cruces, ha nacido la sangre con
espinas de recuerdos amargos.
Triste deambular por tierras que no perdonaron
los fusilamientos ni las fortificaciones que
alzaron para dividir las enfermedades, para
no contagiarse de la realidad.
A vosotros, que estáis en el poder os tiro
piedras.
A los que rebajáis a la raza humana os
golpeo con mi peor resentimiento
Y mi plegaria se oirá en los corazones
que sufren y por ellos seré
despiadado, crecerá la ira y el odio,
perseguiré vuestros felices sueños,
nadie puede olvidar el desprecio,
la orden de apretar un gatillo,
moriré, culpable por castigar
a aquellos que mataron a
mis padres, a mi generación,
a esos mal nacidos que abandonaron a
niños de mirada suplicante entre
los miedos de un camino sin brújula.
Creadores de guerras sin escrúpulos,
oficiales y reyes, gobernáis los intereses
de nadie, falsos profetas de leyes concebidas
por manos ejecutoras, asesinos con
justicia propia, inmunidad diplomática,
compráis la ley con las mismas monedas
que escatimáis a los infelices que se encuentran
sin pan, sin trabajo.
Pero no os preocupéis, porque no pasará
demasiado tiempo, no, vuestros crímenes no quedarán
impunes y pagaréis con un arma afilada, de plata,
al pecho destinada.
Mientras sigáis en este mundo, no podré escribir
poesía, pues me dejáis sin inspiración y respirar
…me pertenece.
Febrero 1997.
lunes, 9 de mayo de 2016
Sincielo.
“Gigante que cruza errante, sin suelo que
pisar…llora el monstruo que ya pidió perdón al destino su condición de sombra
deforme, sin pasaje de transición…reflejado en el lodo de una realidad hostil,
apaleado por la soledad, maldice a quién sembró su semilla sin ningún escrúpulo”
Suspirando iba buscando alguna sombra de alimento
para, comer las migajas del hambre…remordimientos de sus pasos, iba encontrando
por el camino, melancolía, desolación…nauseas y vómitos en el asfalto, sudor,
mierda, y orines en su
interior…miserable. Caída la tarde, ya no aguantaba de pie, oscilaba como por
el viento mecido y un trágico pensamiento en su espíritu debilitado, le roía
con ardor mortecino.
-Señora un poco de compasión, proporcióneme su
bendición y alguna moneda para salvar tempestades… ¡Eh, muchacho! concédeme un
trago, que facturo el alma reseca…y un cigarrito pa’ echar humo, por favor… el señor
te lo pague.
¿Quién era este ser taciturno y maloliente que se
refregaba por las callejas, respirando entrecortadamente, entre trago y trago?
Cuando no yacía en la losa fría de la noche eterna, acompañado de Luna y
estrella, era en un banco de piedra, bajo la lluvia húmeda, o en algún parque
público, sobre un plumón de hierba fresca.
¡Ah, cuando hacía acto de presencia el astro
solar! Remontaba el telón de su pequeño coliseo, el teatrillo de toda su
existencia. Qué fabulosa sensación,
bañándose en su luz…buscaba ese
segmento encendido. Doraba el cuerpo con
sus hilos amarillos y el calor le reconfortaba el ánimo, tan disminuido, tan
raído, secaba las ropas y caminaba más erguido que nunca…en esos días saturados
de penalidades.
¿Qué le ocurrió a este tipo, desesperado y abatido? ¿tendría algún pasado? De qué siniestro
mundo trataba de desaparecer o simplemente había poblado el
infierno dantesco de las adicciones y las demencias.
-¡La sociedad aniquila al individuo¡ alegaba…¿O
acaso sabes tú a donde nos lleva este camino?
En la balanza del equilibrio, a un lado el vacío,
en el otro…un hueso roído.
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