Un paseo por las ramblas de Barcelona, es
algo muy especial que a veces no percibimos, se nos escapa. No es un simple
caminar por una avenida que nos lleva al puerto...es mestizar todos los
continentes y alguno más, es convivir con las primeras calles de la ciudad, sus
fachadas de otros siglos, cafés y liceos, gentes de fantasía que viven en un
cuento de fábula, magos, fakires y tragasables...pintores, mendigos, locos y
prostitutas...Es la vida o la que imaginamos...Abrazos callejeros de piedras
rodantes.
En los años setenta, muchos adolescentes
"vivíamos" en las Ramblas, atrapados por esa fascinación de conocer
gentes y disfrutar de cada rincón de ese árbol milenario y sus aledaños,
poblados de cafés-tertulia, conciertos y locales musicales. Lugar de ambiente
colorista y paseo obligado cuando uno llega a esta ciudad…
Las ramblas tienen una sustancia mágica que
atrapa a los transeúntes, es como un pequeño país dentro de la ciudad...las
ramblas son el gótico y el raval, el puerto y el horizonte del mar...mezcla de
pasados y futuros, soledades y libertades...puedes participar o simplemente ser
un observador del tiempo...
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