lunes, 21 de septiembre de 2009

Anímia...


Los ojos me miraban, me creía deforme, triste y frágil…mis pasos culebreaban, sentí espanto a caer en un suelo sin piso…sin fondo. La sensación desapacible de ser observado, escrutado, enjuiciado y penado sin la menor vacilación por aquellas miradas aguzadas, extrañas, violentas y dañinas. O al menos así las veía yo, en ese instante en que mi animo, como pluma de ave, lo transportaba veloz, el aire del norte…invisible se encumbraba…y tantas veces, a tierra se despeñaba…
-2008-

4 comentarios:

  1. Vaya, esa misma sensación la tuve yo miles de veces cuando era adolescente... y lo digo totalmente en serio.

    Besos

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  2. Sé lo que me estás diciendo, y, al igual que Nanny yo también tenía una sensación. Y es que, al sentirme observada, me parecía que mi ropa interior se me iba a caer de un momento a otro, me la tenía que sujetar.
    Y en un par de ocasiones estuve a punto de que ocurriera.
    La mente, es un lugar extraño que habita dentro de nosotros.

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  3. Hola Nanny Ogg, me lo creo jajaja...los momentos están repletos de sensaciones, lástima que quizá no sepamos ordenarlos en nuestro cerebro y separar la paja del grano...otro gallo cantaría en este Mundo nuestro ( o de alguien)...Besitos mil

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  4. Tecla, no será que nosotros somos un lugar extraño que habita en la mente...muy erótica tu plasmación de...¿Timidez?. Besitos mil

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