domingo, 26 de septiembre de 2010

...o será horizonte?

“En la penuria de la soledad se fija la lejanía difusa del horizonte, esa tenue penumbra que dibuja una ilusión imaginaria donde se conjuran las tinieblas, se perciben los vacíos del tiempo, se adivinan las tormentas y las lluvias caen sobre el desierto de las almas errantes que vagan por las sombras del plenilunio tras el sueño de un ocaso hundido en su reflexión”.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Desenfocados por la vida...

Hay ventanas que permanecen cerradas y días que nunca amanecerán.
Me descubro reclinado en el dintel de las sombras, en mi cobertizo de palo colonial. Entonando canciones de tempestades y rudos marineros, mientras Dios, transita por las arterias de la metrópoli, abrazado a la vida con una gran cogorza al advertir lo que ha creado.

                                                                 Septiembre 2009

sábado, 11 de septiembre de 2010

Una voz interior

Paseé mis viejas botas por calles góticas, de excelsas catedrales románicas, de interior de oropeles rococó, y en el exterior de sus puertas  la miseria limosneando… Niña no vayas descalza…hoy hay pelea de gallos…Pulsé teclas para expresar sentimientos.  El mundo sigue mojado por la eterna lluvia que abatió ayer sobre las almas de los desamparados… Flores secas en el jardín…silvestres en el jarrón. Paredes pinté, tierras sembré…cruces coseché para marcar mis defunciones…En la parada del bus me encontré con el pasado.Y por fin tu sombra escapó lejos…para no ser testigo de actos violentos. Una de las últimas veces que se suicidó, escuchaba la doliente canción del primer amor…era joven, estaba enamorada…y la vida le sonreía…La plena efervescencia de conocimientos en la adolescencia. Quién fuera adolescente para no entender a los mayores…de los niños aprende, de los adultos…procura olvidar. Hace tiempo que vivía en el mismo ayer. Seis garabatos de melancolía y un vaso de sangría bien fría…No quisiste abrir los ojos al nacer, ahora tu mirada es triste…curiosamente palmaste con la mirada abierta, nadie logró cerrar tus párpados cosidos…Al velatorio acudió mucha gente… ¿Te querían tanto o era por los platos de raciones que mamá guisó…?   
Existen fronteras en las ciudades, enterradas bajo fríos mares salados, separadas, por diques que endulzan con las lluvias del tiempo, las aguas de la otra parte de la vida. En la mañana…todavía deambulando vestigios de madrugada. Y todo ocurrió sin música.
Natacha recoge sus recuerdos y los guarda en una caja de zapatos, sale de la habitación y se encuentra suspendida en una nube azul  turquesa…pasea (siempre con la caja de cartón en las manos) entre luces ensordecedoras…Gime, amarga espina la que contamina.
¡Chhist!  Silencio a granel.
-Por favor ¿Dónde estoy?
Se pregunta…pero no sabe responderse…
Calles de niebla pueblan este presunto cielo inmenso. Marea tanto candor y si mira hacia abajo cunde el pánico, siempre tuvo miedo a las alturas, pierde el equilibrio sobre un lago helado, y patinando se ve reflejada en él.
-¿Soy yo? ¡No me reconozco! ¿Por qué?
Una voz interior le dice:
-La que tú crees ser es la que se encuentra en la cajita de cartón, esos trocitos de fotografías rotos, flores secas, cartas sin contestar, números de teléfonos borrados, nombres olvidados…
-¿Qué se supone que debo hacer pues?
-Deja la caja y sigue tu camino sin mirar atrás…
Así lo hizo, enterró sus recuerdos bajo nieve resplandeciente, y antes de marchar vio cristalizar sus pensamientos y se esfumó la memoria en la siguiente esquina.
-Desde entonces no sabe quién es ni conoce a nadie, la pobre.
En el sanatorio, la enfermera habla con una paciente vecina de Natacha.
-Su voz interior la engañó…la mayoría de veces es mejor no hacerle caso.
                           
-11 septiembre 2010- 

domingo, 5 de septiembre de 2010

LA GRAN PROFUNDA SOLEDAD


Cuando buscas encontrar calma, cuando sufres las inclemencias del tiempo, cuando los vientos no te son favorables, acudes a susurrar tus deseos al cielo. Pides fuerza y valor, pides ayuda y comprensión…quieres saber, quieres poder, necesitas seguir aquí, al amparo de las estrellas. En las noches más dolientes anhelas consuelo y la luna refleja tu lágrima solitaria. Ansías sentimiento y justicia…para tu piel caricia, sueñas que alguien comprenda  tus interiores, esa inmensa soledad que planea como el ave, dormida y complacida con las alas extendidas.
OH, magno vacío, escucha su aullar cual lobo lastimado. Deja que el errante encuentre su rastro, que este no quede borrado por las dunas de un desierto pasado, que las arenas frías del día no entierren amores ardientes, que un corazón comparta esa existencia sutil de la desesperación.
Sentado en la gran roca distingues las luces y las aguas y piensas en el placer del pájaro y tu pecho se apodera de un gran sentimiento de pasión, llora tu alma en la quietud y comprendes muy bien. Notas el carácter de la emoción y percibes el suave contacto de la vida. Hoy las estrellas siguen destellando en el cielo.

                                                                              -En la adolescencia de 1977-