Acaeció una noche en la que pude traicionar a la realidad y subsistir agazapado en la vigilia, donde moran los sueños. Y es así como descubrí un pequeño atajo tridimensional, el cual me trasladó hacia la extratierra…
Nacía un nuevo Universo eternamente ecuánime, despojado de hostilidades, de razas, de religiones, de sexos, sin leyes…flotábamos en fantasía, brisa liviana sin conocer holocaustos. Convivíamos altruistamente en paz y más tarde gloria…Hologramas jubilosos, calma primigenia viajera en tiempos previos a la creación de una tierra hostil que naufragó en infames sociedades despojadas de libertad.
Madre, ya murió aquel inmundo esperpento…aquí no reside la oscuridad.
Éramos almas en stand by. Auras Incorpóreas, níveas, sin máculas…
Éramos simientes espirituales, sin piel, sin huesos…sin putrefacción…navegábamos ingrávidos, entre el aire puro y salvaje y el equilibrio en un oasis sin espejismos.
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