jueves, 13 de octubre de 2016

LAUREADOS HORIZONTES DE MISMIDAD




La ley del silencio en la ladera más apartada de la cantera.
Una piedra chiquita, así…diminuta, casi integrada en la tierra dialogaba con una roca agreste…esculpida en la sabiduría de los elementos.
- ¿Porqué murió el humano, madre?, creía que era el preferido de la creación.
- Cierto, chinita, pensaba que era el rey, con derecho a manipular contranatura todo a su paso.
- ¿Se equivocaba? ¿No lo era?
- Desde Luego que erraba, no puede ser el principal protagonista aquel que destruye  y  arrasa con todo lo realmente necesario para la existencia del planeta.
- …pero tenía sentimientos…
- Sí, aunque muy pobres y superficiales…veneraba los materiales banales, eso es lo más triste…era un ser destructivo y pagó por ello…
- ¿Qué pasó, Madre?
- Un virus contaminó al hombre. Él mismo lo había creado en un laboratorio y se contagió con su propia avaricia…experimentaba con peligrosa radiación…
- ¿No tenían ya bastantes armas nucleares?
- Nunca tuvieron demasiado de nada, era una raza codiciosa…el poder científico abusó del control y las glándulas reproductoras quedaron estériles, a partir ese mismo instante nadie volvió a concebir y la ancianidad fue pereciendo convulsivamente hasta no dejar rastro de su paso por el mundo.
- ¿No había Clones?
- Acabaron como nosotras…simples fósiles.
- Ese mundo que quería conquistar…¿El virus no se llamaría ambición?
- Más bien liberación, las demás especies por fin vislumbraron el paraíso.
La roca y la pequeña piedra continuaron charlando de los cruentos sucesos hasta que se ocultó el Sol entre las montañas frondosas de árboles y vegetación.
Un terremoto inclinó el suelo y un desprendimiento acabó enterrando a los prehistóricos conversadores, en un fondo escueto de irresolución y consternación.

Noviembre de 2002





 
 


 







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